Las Maravillas
del Mundo
El
origen de las siete maravillas del mundo antiguo se remonta a los tiempos de la
Antigua Grecia, más exactamente a la época helénica.
Fueron escogidas por el pueblo por ser para ellos insignes monumentos de la
creación y el ingenio humano. Estas son:
1.
Pirámide de
Giza, Egipto
2.
Templo de
Artemisa, Efeso
3.
Estatua de
Zeus, Olimpia
4.
Coloso de
Rodas, Grecia
5.
El faro de
Alejandrina, Egipto
6.
Jardines
Colgantes de Babilonia, Actual Irak
7.
Mausoleo de
Halicarnaso, Actual Turquia
Pirámide de Giza,
Egipto
Está
Situada al sudoeste del centro de El Cairo. El pueblo de Giza es el segundo
suburbio más grande del mundo. Situada en la orilla oeste del río Nilo, Giza.
Cuando Keops, faraón de la IV
dinastía, en el año 2640 antes de Jesucristo, ordenó la erección de una tumba
que por su altura y majestad debía ocultar el sol, se destinaron para ello
100.000 esclavos que trabajaron durante 20 años. Eran negros, hebreos y
berberiscos hermanados por los mismos sufrimientos. Juntos compartieron el
escaso alimento, derramaron su sangre bajo el mismo látigo de los guardianes
y murieron por las mismas fatigas. Para que nadie pudiera conocer la entrada
de la celda sepulcral, a la terminación de la obra los sobrevivientes fueron
ejecutados.
Durante
esos 20 años, Egipto conoció privaciones y miserias. Se cerraron los templos,
se redujeron las ceremonias religiosas, se aplicaron fuertes impuestos y se
ordenó a los hombres libres ayudar a los esclavos. Dos millones trescientos
mil bloques calcáreos de dos toneladas y media de peso cada uno, fueron
levantados uno encima de otro hasta 147 metros de altura.
Para cumplir esa enorme tarea se
disponía de escasas y elementales maquinarias: los mineros utilizaban cuñas
de madera mojada que, clavadas en la piedra, la quebraban al dilatarse; los
transportadores acarreaban los bloques a lo largo del Nilo sobre enormes
balsas, y luego sobre trineos hasta la meseta de Al Gizah, recorriendo una
ruta que había costado diez años de trabajo.
Los
esclavos encargados de la pirámide levantaban los bloques de una a otra
grada, más con la fuerza de sus brazos que con la rudimentarias grúas
formadas con troncos de árboles, las únicas conocidas.
Cinco mil años pasaron desde entonces. La pirámide de Keops, única
sobreviviente de las siete obras que los antiguos llamaron "maravillas
del mundo", queda, casi intacta, como grandioso testimonio de una
civilización desaparecida.
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El templo de Artemisa se encontraba en la antigua
ciudad de Éfeso, a unos 50 km al sur de la moderna ciudad portuaria de
EsmirnaIzmir, en Turquía, en el valle a los pies de Ayasoluk. Fue dedicado a la diosa Artemisa, denominada Diana por
los romanos, diosa de la fertilidad. Su construcción fue comenzada por el rey
EPII y duró unos 120 años.
El templo de Éfeso que le estaba
consagrado fue destruido y reconstruido varias veces, siempre con
magnificencia. Se hablaba en toda Asia de los tesoros que atestaban sus
galerías subterráneas, como también de su belleza arquitectónica debida al
genio de Quersifión y Metagenes, y de las esculturas que lo adornaban y cuyos
autores eran Escopas y Praxíteles. Esta maravilla no impresionaba por sus
dimensiones como la pirámide de Keops, pero la armonía de sus proporciones
hacía de ella una auténtica joya del arte griego.
En
el año 356 antes de Jesucristo, durante una calurosa noche de verano, un
mendigo demente llamado Eróstrato, incendió el edificio. La ciudad entera dormía,
y no fue posible impedir que las llamas destruyeran a este monumento
incomparable, ni salvar las incalculables riquezas allí acumuladas. Unos años
más tarde, el templo resurgió nue vamente, en base al mismo plano. Ciento veintisiete
columnas jónicas de 18 metros de alto rodeaban la celda donde se alzaba la
estatua de la diosa y, entre ellas, 36 ricamente esculpidas en la base fueron
donadas por Creso, rey de Lidia. Estaban
coronadas por un amplio frontón triangular, también esculpido. En el interior,
los frescos de Apeles llenaban de asombro a los visitantes por la belleza y
habilidad del dibujo.
Terminado en el año 323 a.c. el nuevo templo, fue
semidestruído por las liordas entre los años 260 y 268 d.c.. Más tarde, los
portadores de Aia Soluk, incapaces de captar su belleza, utilizaron las piedras
para construir sus viviendas
Estatua de Zeus, Olimpia
La estatua de Zeus se erigió en el antiguo pueblo
de Olimpia, en la costa oeste de Grecia moderna. Se construyó en honor al dios Zeus en romano
llamado Jupiter. Desde el
año 668 a.c. hasta el año 393 a.c. tenían lugar, cada cuatro años, juegos que
constituían la más importante de las fiestas nacionales griegas. Toda Grecia se
reunía en Élide, comarca de la Grecia Antigua.
El nombre de Olimpia no designaba una
ciudad, sino más bien una reunión de templos y de monumentos públicos, erigidos
con motivo de esos juegos. Entre esos templos, el más hermoso era el de la
Júpiter en cuya nave se elevaba la estatua del dios. Los vencedores, entre los
aplausos del pueblo, eran coronados en el templo, a los pies de dicha estatua,
cuyos 20 metros de altura se alzaban imponentes, mostrando a Júpiter sentado en
el trono, con la imagen de la Victoria, toda de oro macizo, en la mano derecha.
Sahumerios especiales habían conferido a la estatua de marfil el color de la
piel humana. Las vestimentas que le ceñían la cintura y llegaban hasta los
pies, eran también de oro puro.
Cuéntese
que, al terminar su obra, Fidias se arrojó a los pies de la estatua suplicando
a Júpiter le concediera una señal de aprobación. De repente, en el cielo
sereno, se desató un rayo que llenó el templo con su resplandor enceguecedor y
fue a caer a los pies del artista. Era la respuesta del dios.
En
391 D.C., al prohibirse celebrar los juegos olímpicos el templo de Zeus se
clausuró. Entre terremotos,
deslaves, inundaciones e incendios, el templo se fue derrumbando poco a poco. Los griegos
ricos transportaron la estatua de Zeus a un palacio en Constantinopla (ahora
Estambul, Turquía), pero eventualmente se destruyó completamente al quemarse en un incendio en 462 D.C.
Coloso de Rodas, Grecia
En el mar Egeo, entre Creta y Asia Menor, se encuentra un archipiélago
compuesto por unas veinte islas denominado Dodecaneso. En este archipiélago
destaca la famosa isla de Rodas.
Para
celebrar un triunfo muy importante, la ciudad decide elevar un monumento
memorable a Helios, dios del sol, en el puerto en el 292 a.c. Sus arquitectos
fueron Chares de Lindos y Laches. Después de 12 años de trabajo, Chares se
suicidó acosado por el temor de no lograr jamás la estabilidad de la estatua.
Laches concluyó la obra, que insumió sumas fabulosas.
Se
necesitaron más de trescientas toneladas de bronce. El interior de la estatua
estaba rellenado de ladrillos hasta la cintura; la parte superior era hueca y
encerraba una escalera que conducía hasta la torre del fuego colocado en la
cabeza. Todas las noches los guardianes subían hasta la torre para encender las
antorchas, que, trasluciendo por los ojos del coloso, servían de faro a los
navegantes. Esta estatua, consagrada al Sol, tenía las piernas separadas, con
los pies afirmados a cada lado de la entrada del puerto.
Cincuenta
y seis años después de su construcción, en el 223 a.c., un terremoto derribó al
Coloso. Los habitantes de Rodas, siguiendo el consejo de un oráculo, decidieron
dejar yacer sus restos donde cayeron. En el año 672 de la era cristiana, cuando
los árabes invadieron Rodas, la sombra de un cuerpo gigantesco sumergido en las
aguas los llenó de estupor.
El coloso de Rodas, enorme estatua de
bronce que se había erguido a la entrada del puerto, yacía desde 800 años atrás
en el fondo marino, cubierto de algas y moluscos, quebradas las piernas y
el rostro hundido en el cieno.
El faro de Alejandrina, Egipto
El nombre de faro proviene de una torre de unos 180
metros de altura que fue construida bajo el reinado de Ptolomeo II (283-246 a. De
J.C.),concebido por Ptolomeo I Soter, en la isla de Pharos, frente al puerto de Alejandría.
Construido
por el arquitecto Sostrato de Gnido, estaba recubierto de mármol. En lo más
alto ardía una hoguera durante la noche que se veía desde una distancia de 55
kilómetros. Levantado en una península adelantada a la ciudad egipcia, se
consideraba una de las mayores producciones técnicas de la antigüedad. Sobre
una base cuadrada se alzaba una esbelta torre ortogonal de unos 100 m de
altura. Sobre la plataforma superior ardía por la noche un fuego alimentado con
leña y resina.
La leyenda dice que Sostratos buscó durante
mucho tiempo, para los cimientos, un material que resistiese el agua del mar, y
que finalmente construyó la torre sobre gigantescos bloques de vidrio. En 1373
un terremoto destruyó los restos de la torre. Califa Al Walid que ordenó la
demolición de los restos del faro con la seguridad de hallar un tesoro
escondido en los cimientos de la torre. Sus ruinas se han buscado en vano.
Jardines Colgantes de Babilonia, Actual Irak
La
ciudad de Babilonia pertenecía a un reino de igual nombre, ubicado en la
Mesopotamia, a orillas del río Eufrates, en la actual Iraq. Fue fundada hacia el 2500 a.C. y cobró importancia 500
años después, pero recién durante el reinado de Nabucodonosor II (605 adC - 562
adC), después de grandes guerras, la ciudad fue embellecida y además de los
jardines colgantes se contruyó la Puerta de Istar.
Cuando Nabucodonosor, rey de Caldea, casó con Clarisa,
decidió ofrecer a su amada un jardín que, por la originalidad de su estructura y la
variedad de sus flores, fuese digno de la nueva reina.
Audaz era el proyecto concebido por los arquitectos de
Babilonia. Sobre un área de 19.600 metros cuadrados levantaron una serie de
terrazas de piedra sostenidas por amplias arcadas de 6 metros de largo, de
manera que, visto desde abajo, el jardín suspendido pareciese una alta
escalinata rebosante de flores. Debajo de las arcadas se ocultaban amplios
aposentos resplandecientes de adornos, para que los soberanos pudiesen descansar
allí.
Se diseñó y construyó
maquinaria de riego: una noria, que servía de transporte para el agua desde las
zonas de pozos hasta las de riego. El clemente clima mesopotámico, sumado a la
eficacia de los instrumentos babilónicos, llevaron a que en poco tiempo los
jardines estuvieran repletos de plantas, y cuenta la leyenda que las copas de
los árboles se podían divisar desde fuera de las inexpugnables murallas que
protegían a la ciudad.
En el año 539 a. de C. los persas lograron conquistar
Babilonia y sobrevino la decadencia de la esplendorosa ciudad. La población
menguó sobre el siglo IV aC, cuando Alejandro Magno visitó la ciudad ya habían
partes en ruinas. Fue definitivamente destruida con la conquista de Evemero,
quien la prendió fuego, en el año 125 antes de Cristo.
Mausoleo de Halicarnaso, Actual Turquia
H
alicarnaso (actualmente Bodrum), es una ciudad del Asia Menor que
fue refundada por Mausolus (353-377 a.c.), un sátrapa del Imperio
Persa que, si bien
desafió a éste en la Revuelta de los Sátrapas. Mausolo era hijo de Hecatomno, aristócrata que había
obtenido en 392 a.c. la satrapía de Caria (actual suroeste de Turquía) de manos de Artajerjes II.
Mausolo
fue el gobernante más destacado de la satrapía de Caria, y en aquella época era
habitual que el fundador de una ciudad recibiera los máximos honores y una
tumba en su plaza central.
El edificio fue diseñado por los famosos arquitectos
Satiro y Piteo, inspirados por la arquitectura tradicional anatolia y griega.
Aunque el mausoleo fue construído con ladrillos, éstos fueron recubiertos con
mármol blanco de las islas de Proconesia (Mar de Mármara), con unos acabados
espléndidos.
El impresionante monumento póstumo se hizo famoso en su
época y fue copiado en muchas ocasiones. El Mausoleo hacía un total de 50
metros de altura.
El sitio sufrió ya en la Antigüedad, pero en la Edad
Media todavía impresionaba. En 1522, los Caballeros de Rodas lo destruyeron
hasta la última piedra y emplearon muchos de sus restos en la construcción del
castillo de Bodrum.